E n el 2019, se reportó por primera vez el Virus ‘’Severe Acute Respiratory Syndrome Coronavirus 2 | Sars-Cov-2’’, que origina la enfermedad Coronavirus Disease 19 (covid-19) en Wuhan China y el cual posteriormente extiende su impacto al resto de continentes (1). El efecto de la pandemia no solo debe ser visto desde la morbimortalidad infantil, sino deben analizarse otras consecuencias que se generan a partir del aumento de la brecha de inequidad existente, afectando la asistencia escolar, la vacunación, la salud mental, y la nutrición infantil (2).
En relación a la nutrición infantil, según la Organización Mundial de Salud (OMS), alrededor del 45 % de las muertes en el mundo en niños(as) menores de 5 años de edad se encuentran asociadas con la desnutrición, y aproximadamente 216 millones de niños padecen algún grado de esta patología. Asociado a la pandemia por SARS-Cov-2, se observó un crecimiento de los niveles de desempleo en los padres, trayendo como consecuencia el incremento de la tasa de pobreza, la inseguridad alimentaria y a su vez, una desaceleración económica mundial.