Fue radicado el proyecto de Ley que prohíbe el castigo físico, humillante y tratos degradantes como práctica en los diversos entornos en los que transcurre la niñez y adolescencia. Este proyecto de ley tiene por objeto “Prohibir toda forma de castigo físico y psicológico, tratos crueles, humillantes o degradantes hacia niños, niñas y adolescentes por parte de sus progenitores, representantes legales o por cualquier otra persona encargada de su cuidado en todos los entornos en los que transcurre la niñez y la adolescencia”.
Los castigos crueles y humillantes son definidos como: “Toda acción de crianza, orientación o educación con la que se menosprecie, humille, denigre, estigmatice, amenace, atemorice o ridiculice al niño, niña o adolescente, con el fin de ejercer autoridad, disciplinar o corregir, siempre que no constituya conducta punible”.
La exposición de motivos del proyecto de ley hace énfasis en las repercusiones que genera el castigo en el desarrollo físico, cognitivo y emocional de niñas, niños y adolescentes, y en los daños de la salud actual y futura, relacionados con el estrés que genera la violencia en contra de la niñez y la adolescencia; además, alerta sobre la alta prevalencia de la práctica y la aceptación social y cultural del castigo físico, y el trato humillante como métodos de disciplina, formación y educación.
Más de 50 años de estudios han demostrado que existen vínculos establecidos entre el castigo físico y resultados negativos en el desarrollo de los niños. En particular, el castigo físico se ha asociado con menor obediencia y empeoramiento de la conducta en el corto plazo; problemas en el desarrollo cognitivo y socioemocional; comportamiento antisocial en la adultez, incluidos mayores niveles de violencia doméstica, y un mayor riesgo de sufrir de depresión y otros problemas mentales.
¿Qué países ya cuentan con esta ley?
En América Latina, específicamente en Perú, Argentina, Bolivia, Venezuela, Brasil, Uruguay, Paraguay, Honduras, Nicaragua y Costa Rica, ya existe una ley que prohíbe cualquier tipo de castigo físico. En el ámbito mundial, 56 países cuentan con este tipo de leyes y Francia ha sido el país más reciente en sancionar una ley en este sentido.
La perspectiva que se tiene sobre este tema, en el que se justifican los malos tratos hacia la niñez —porque “la letra con sangre entra”— está cambiando. Hoy, los niños no son educados en la violencia, ya que hay un mandato colectivo que se instaló en la mente de casi todos los adultos: que el sufrimiento no educa y es maligno para formar demócratas, es decir, seres libres, independientes, justos, críticos, responsables de sí mismos, con alto sentido de la igualdad e inclusión, creativos y espontáneos. La política democrática obligó a hacer leyes antimaltrato, penalizando en materia grave al adulto que las infrinja. Cultura, Estado y ley se pusieron de acuerdo en esto y se generó un nuevo estado mental social que conduce a rechazar el sufrimiento de los niños.