¿Cómo ayudar a superar las crisis de lactancia materna?

abril 15, 2020

[vc_row][vc_column][vc_column_text]L a Lactancia Materna (LM) otorga a los niños el mejor co- mienzo de vida. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda la lactancia exclusiva a partir del na- cimiento hasta los primeros seis meses de vida y, seguida- mente, hasta los 2 años de vida o más (hasta que el niño y la mamá lo decidan), continuándose con alimentos comple- mentarios adecuados. Nosotros, como agentes de la salud, podemos ayudar y orientar a las madres a amamantar exi- tosamente, teniendo en cuenta que no solo es importante ofrecerles nuestra ayuda antes del parto y durante el perio- do prenatal, sino durante todo el proceso. De esta manera, educamos a madres empoderadas en la lactancia.

Es importante conocer los puntos críticos para la LM, tam- bién llamados brotes de crecimiento, situación que viven las madres normalmente durante este proceso y deben ser acompañadas para no suspenderla totalmente.

Se reconoce que las crisis de lactancia materna corres- ponden a la principal causa de abandono de la Lactancia Materna Exclusiva (LME), teniendo en cuenta que agrupa ciertos factores importantes:
– Estado de ánimo materno.
– Cambios conductuales del bebé.
– Situaciones externas/grupo familiar (grupo de
apoyo).[/vc_column_text][vc_column_text]“Hambre a causa de un periodo de crecimiento rápido»

El bebé parece estar hambriento durante pocos días, posiblemente porque está creciendo más rápidamente que antes. Por lo tanto, pide que le den de mamar muy frecuentemente. Generalmente esta situación se presenta a las dos semanas, seis semanas y tres meses de edad; sin embargo, los cambios conductuales del bebé pueden presentarse en otros momentos del proceso (falsas crisis). Es importante hacerle saber a la madre que, si el bebé succiona muy frecuentemente por unos pocos días, la producción de leche aumenta y de nuevo comienza a mamar con menos frecuencia.

¿En qué momento se presentan las crisis?

17 – 20 días de vida: Los bebés pueden ser regulares los primeros días de vida. Realizan ciclos de sueño de mayor cantidad de horas; durante estos días experimentan la primera crisis de demanda, y su comportamiento se modifica. Quieren mamar de manera continua, lo que puede traducirse en no soltar el pecho o mamar cada 30 minutos; llorar desesperados si no tiene el pecho en la boca; regurgitar leche en cantidades considerables, pero quieren seguir mamando. Esto puede ser interpretado de forma errónea por la madre como “siempre queda con hambre”, “yo le completo con fórmula infantil”. Es necesario conocer que, durante este periodo, el bebé necesita aumentar la producción de leche de su madre y la única manera de conseguirlo es realizando mamadas más frecuentes. Una vez logrado, él retornara a hacer tomas más espaciadas, y la lactancia retomara su curso natural.
Importante: Evalúe ganancia de peso, diuresis y deposiciones. Fortalezca la red de apoyo en casa, capacitando al padre u otros acompañantes para animar y ayudar a la madre.

6 – 7 semanas de vida: Puede presentarse una con- ducta inusual en el niño, identificado por la madre como que está nervioso; mama con tirones hacia el pecho; llora en el pecho; arquea la espalda con el pe- zón en la boca y tensa las piernas. Se ha determinado que, además de la gran demanda, puede haber un cambio en la composición de la leche significativa- mente, variando de sabor de forma transitoria.[/vc_column_text][vc_column_text]Importante: Evalúe ganancia de peso, diuresis y deposiciones, y felicite a la madre. Fortalezca la red de apoyo en casa, capacitando al padre u otros acom- pañantes para animar y ayudar a la madre.

3 meses de vida: Este es quizá el momento crucial, más delicado y complejo de todo este proceso, ya que afecta no solo al bebé sino a la madre y puede durar hasta 30 días en resolver. En este momento, el bebé ya no pide el pecho tan frecuente, lo que la madre puede interpretar de diversas formas: no tiene hambre, no quiere comer o la rechaza a ella, su pecho o su leche. El niño que antes se mostraba encantado y pasaba tiempo prendido en el pecho ahora hace tomas de escasos minutos.[/vc_column_text][vc_column_text]La madre nota que sus pechos son más blandos; puede evidenciar que no produce leche o es de poca cantidad; hay mayor distracción del bebé; parece que toma tranquilo cuando está a punto de quedarse dormido; no hay una ganancia de peso acelerada como los primeros tres meses, y lo que más les preocupa es la disminución en la frecuencia de las deposiciones del bebé (varios días sin deposiciones) lo que puede ser normal. Para este momento, ellos serán expertos en la succión-deglución y, en lo que antes demoraban hasta 30 minutos, en ese momento les tomará tan solo unos pocos minutos. A partir de este momento, las conexiones neuronales se multiplican a toda velocidad, desarrollando mejor su sentido de la vista y auditivo, por lo que cualquier situación puede distraerlos. En este punto es donde se inicia a menudo la suplementación con fórmula infantil y el abandono progresivo de la LME. La sensación de rechazo y de falta de leche se apodera de la madre.[/vc_column_text][vc_column_text]Importante: Informe a la madre sobre lo que puede pasar a futuro, así ella estará preparada y podrá afrontarlo de la mejor forma. Evalúe ganancia de peso, diuresis y deposiciones. Fortalezca la red de apoyo en casa, capacitando al padre u otros acompañantes para animar y ayudar a la madre.[/vc_column_text][vc_column_text]A los 12 meses de vida: Las madres son sometidas a comentarios no solo por parte de desconocidos, sino de algunos familiares, en ocasiones por el personal de salud, y nosotros debemos ser sus aliados en todo. Consideran que, a esta edad, el bebé es demasiado mayor para seguir mamando y opinan que la lactancia interfiere con su alimentación, por lo que aumentaría el apetito si se suspende definitivamente. Recordemos que los niños, a partir del año, reducen la velocidad de crecimiento, lo que disminuye la cantidad de comida que ingieren, aunque no por ello dejan de mamar. Luego, hay un nuevo incremento de la velocidad de crecimiento y se adaptan a la necesidad.[/vc_column_text][vc_column_text]Importante: Felicite en cada visita a la madre. ¡Haber llegado hasta aquí es todo un éxito! Fortalezca la red de apoyo en casa, capacitando al padre u otros acompañantes para animar y ayudar a la madre. Felicite a la red de apoyo en casa.[/vc_column_text][vc_column_text]A los 24 meses de vida: Recuerde que la lactancia siempre debe darse hasta que mamá y bebé decidan; en ese momento los niños demandan el pecho de manera continua, con requerimientos similares a los del recién nacido, y tienden a tener una actitud más autosuficiente.[/vc_column_text][vc_column_text]En este periodo existen dos momentos de falsas crisis: a los cuatro y ocho meses, en los que el comportamiento del bebé puede ser inusual pero no corresponde con brotes del crecimiento.[/vc_column_text][vc_column_text]¿Qué debemos reforzar en la madre para evitar el abandono de la LME?[/vc_column_text][vc_column_text]

  • Felicítela en cada visita y recuérdele lo bien que lo hace, y que la LME es el mejor alimento para su bebé.
  • Nunca prohíba, siempre aconseje; ella y su bebé son dueños de su proceso.
  • Reafirme en todas las visitas la importancia de la lactancia y eduque la red de apoyo (grupo familiar).

[/vc_column_text][vc_column_text]Libro de Consejería de Lactancia Materna OMS
WHO/CDR/93.4 UNICEF/NUT/93.2 DISTR.:
GENERAL ORIGINAL: INGLÉS[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]