¿Cómo ha impactado la vacunación contra COVID-19 en los residentes de pediatría?

abril 21, 2021

I ncertidumbre, es la palabra que define el sentimiento de todos hoy en el mundo, causada por una guerra contra un enemigo tan fuerte y pequeño, pero que ha podido cambiar la historia de todo lo que habita en la tierra.

Tapabocas, lavado de manos y distanciamiento social han sido hasta ahora las medidas más efectivas para evitar la propagación del virus SARS-CoV-2, y en nuestra cotidianidad como residentes de pediatría hemos adaptado estas normas de bioseguridad para al menos mitigar este sentimiento que genera la exposición a dicho patógeno. El tener limitadas ciertas prácticas en nuestro proceso de aprendizaje para protegernos de la enfermedad de COVID-19, genera frustración para muchos; limitar el contacto con nuestros pacientes, en especial un niño, que abraza, que da un beso a su médico, hace parte de los sentimientos negativos que esta pandemia nos deja. Por lo tanto, nosotros también deseábamos con anhelo: ¡UNA VACUNA!

Muchos son los comentarios detrás de la vacunación contra el SARS-CoV-2, ya sea por la rapidez en la obtención de los viales o por el pensamiento errado sobre el proceso, y los efectos indeseados que pudiera generar en los pacientes y que la ciencia los omite; o en caso más ilógico, pensar que quisieran controlar las vidas humanas. Es por esto, que nosotros como futuros pediatras, entendemos la importancia de la inmunización para la erradicación de las enfermedades, por lo que siempre estaremos a favor de lo que genere protección para los pacientes y nosotros mismos, teniendo como finalidad evitar la propagación.

Al enterarnos que había un programa de vacunación a nivel nacional para prevenir la enfermedad COVID-19, se generaron nuevos interrogantes para todos: ¿qué priorización tendríamos?, ¿en qué momento nos vacunaríamos?, ¿cómo se realizaría el proceso de contingencia? Estas preguntas abarcaron la mente de muchos y a su vez nos llenaron de esperanza en el momento ideal para que pudiéramos recibir esa dosis tan anhelada como un beneficio inicial, teniendo en cuenta la exposición constante durante la pandemia. Luego de obtener esa prioridad y catalogarnos como talento humano en salud de primera línea en esta pandemia, muchos residentes del país logramos obtener nuestra dosis de vacuna para prevenir los casos graves y la mortalidad por el SARS-CoV-2, y es ahí donde nos dimos cuenta que esta situación se convirtió en esa voz de esperanza y que somos el ejemplo a seguir de la sociedad en la que vivimos, donde hemos perdido no solo personas sino vivencias, pero en donde también aprendimos a cuidarnos para cuidar a otros.

Para nosotros, recibir la vacuna contra el SARS-CoV-2, siendo pediatras en formación, significa ganarle a la duda teniendo la certeza de su efectividad, así cuando promovemos activamente la vacunación en los menores de 5 años de edad y en general en la población pediátrica. Pensamos de nuevo en poder asistir a nuestros encuentros académicos, vivir otras experiencias que solo la residencia trae por sí misma, brindarle una atención aún más cálida a nuestros pacientes, reinventarnos en nuevas actividades y no perder esa empatía que como médicos integrales nos caracteriza.

Como residentes de pediatría diremos siempre ¡SÍ a la vacunación!, porque sabemos que el beneficio no es individual sino para toda la comunidad, y queremos ampliar y aplicar todo el conocimiento que con la emergencia sanitaria se ha generado, además porque es nuestro deseo seguir dando lo mejor de cada uno por nuestros pacientes. El estar vacunados contra el SARS-CoV-2 nos brinda tranquilidad, pero también sabemos que debemos continuar cuidándonos, protegiéndonos, porque esto que hemos logrado es una de las muchas acciones que marcarán la historia en la erradicación de la enfermedad, y seremos partícipes de este cambio importante para la humanidad.

Universidad del Norte
Comité de Residentes